El pueblo de Tengchong (I)

Vamos a abordar en una serie de artículos los aspectos más interesantes de Tengchong, un lugar de naturaleza viva y de emprendedora gente, de gran sabiduría.

En la región sureste de la República China se localiza Tengchong, un sitio por demás hermoso, que ha sido comparado alguna vez con un paisaje vivo, o una pintura hecha realidad.

Tengchong constituyó en el pasado la postrera escala de ese recorrido que los mercaderes antiguos nombraban como la Ruta de la Seda. Por esta misma circunstancia los cronistas denominaban a Tengchong como la “Primera ciudad limítrofe china”. Más allá de sus límites aguardaban Birmania, la India, y el lejano Afganistán.

El pueblo, antiguo y parsimonioso, se encuentra asentado sobre una zona volcánica. De hecho, la mole del volcán Xiaocong impone su presencia augusta sobre toda esa área. Quienes suben hasta el cráter de este coloso se maravillan del bello panorama que puede apreciarse desde su cima. Increíble que una hermosura tan pacífica pueda ser el eco de lo que alguna vez fuera el efecto de la furia de la naturaleza.

En este mismo sentido, desde la cumbre del Xiacong se pueden contemplar cerca de noventa volcanes que se levantan en las proximidades de Tengchong, cual si constituyesen un masivo homenaje del mundo a su propia vitalidad.