La historia detrás de Haguro-san, el templo de Tsuruoka en Japón
En la ciudad de Tsuruoka, situada al noreste de la prefectura de Yamagata, se encuentra el Monte Haguro, o Haguro-san en japonés. Este monte es uno de los lugares más ocultos y menos conocidos de Japón.
El gran atractivo del Haguro-san se debe a los templos dedicados a los dioses de la naturaleza y al paisaje mágico rodeado de árboles milenarios que se deslumbra al llegar, un entorno místico que propicia al viaje espiritual.
El nacimiento de la fe
Haguro-san es una de las Tres Montañas de Dewa, que incluyen Monte Haguro-san, Monte Yudono-san y Monte Gas-san, los cuales forman parte de la llamada ruta de peregrinación Dewa Sanzan.
El monte Haguro representa el nacimiento en la fe, es por ello que la ruta tradicional de las Tres Montañas Sagradas de Dewa comienza por él. Además es el más visitado de los tres, probablemente porque es bastante más accesible que los otros dos, los cuales permanecen cerrados durante el invierno.
En la cima del monte Haguro se construyó un santuario en el que se encuentran consagradas las deidades no sólo de dicho monte sino también las del monte Gassan y el monte Yudono.
El camino comienza al pasar la imponente puerta Zuishinmon la cual permite acceder al recinto del santuario Dewa Sanzan. Ésta era originariamente una puerta budista “niomon“, pero durante el período Meiji se separaron las creencias sintoísta y budista, convirtiendo esta puerta en sintoísta.
Se puede sentir con nada más entrar, un aura presente de misterio y espiritualidad. El silencio se hace más denso y la luz más tenue debido al poco paso que le permiten los cedros centenarios.
El camino desciende por una colina hasta un llamativo puente sagrado que cruza el río Haraigawa, donde los peregrinos se sumergían a realizar abluciones de purificación antes de subir a la cima del monte.
Descubriendo el Haguro-san
Haguro-san tiene una altitud de 414 metros y para rezar en el santuario. Los visitantes deben viajar 1,7 kilómetros y subir 2.446 escalones de piedra, repartidos en tres tramos de ascensión con inclinaciones de hasta 45 grados. Todo esto rodeado de impresionantes cedros.
Una motivación para subir todo es tratar de conseguir las 33 tallas escondidas en los escalones. Y es que dice la leyenda que si un peregrino alcanza a verlas todas, se le concederá un deseo. Alternativamente, es posible llegar a la cima en coche.
El templo en la cima no es ni budista ni sintoísta, sino perteneciente a la espiritualidad shugendo. Una escuela mística que se remonta al Japón feudal que promueve la unión de todos los dioses de la naturaleza, los kami.
El primer tramo de escaleras es un descenso hasta un pequeño valle en el que aparecen varios altares dedicados a dioses: Iwasaku, deidad de la espada y la vitalidad, Ikateru, deidad de las semillas o las plantas, o Tenjin, deidad de los granos, la medicina y las aguas termales.
A medida que el camino se inclina, aparecen otros templos como Komori, distribuidor del agua y Ukemochi, deidad de la cría del gusano de seda.
Aquí también se encuentra la misteriosa pagoda de cinco pisos ubicada en el frondoso bosque de cedros, considerada tesoro nacional de Japón y que de acuerdo a un texto clásico fue construida por primera vez en 937, y Jij-Sugi, el cedro más antiguo del monte, que data desde hace 1.000 años.
El aura del Haguro-san es espiritual y tranquila. En la cima, cerca del templo principal, se encuentra un cementerio, y es allí donde los espíritus eternos, y también los que emanaron de los vivos, habitan en armonía.
Dewa Sanzan: Ruta de peregrinación en Japón
Aunque estas tres montañas aún son muy desconocidas para muchos japoneses y extranjeros, Dewa Sanzan es el lugar de peregrinación y culto religioso de montaña más antiguo de Japón del que se tiene constancia escrita.
Cada año, estas montañas sagradas atraen a peregrinos durante la primavera, el verano y el otoño y debido al significado que se otorga a cada monte, al finalizar la peregrinación el viajero alcanza una especie de renacer espiritual.