Los dragones chinos (III)
La procedencia del culto al dragón chino, parece provenir de la veneración a ciertos tótems de diversas tribus ancestrales de China. Podrían ser el producto de representaciones estilizadas de animales no mitológicos, como por ejemplo sierpes, cocodrilos o peces.
Una evidencia de ello la tenemos en un yacimiento de la cultura Yangshao, ubicado en Shaanxi, en donde se aprecia un vestigio ornamentado con la sinuosa y larga figura de una criatura similar a una serpiente. Posiblemente este tipo de imágenes devino paulatinamente en la noción del dragón, tan cara y popular para todos los pueblos del territorio chino.
En este sentido, cabe rememorar el relato típico de la carpa y la puerta del dragón. Según esta leyenda, una carpa intentó subir a un alto monte. El pez nado río arriba fatigosamente, en su afán por alcanzar la cumbre. Cuando llegó por fin al lugar, encontró allí la Puerta del Dragón. Al cruzarla de un salto, se transformó entonces en uno de estos magníficos animales como premio a su esfuerzo. Los estudiosos concuerdan que diversas cascadas de montaña podrían haber tenido esta designación mística de “Puertas del Dragón”. Se trata de una constante de diversas etnias chinas.
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