El viaje de Macartney a China
La embajada de Macartney para su llegada a China, se preparó y se compuso con particular cuidado, por ejemplo, programándola para que su llegada a China coincidiera con el octogésimo tercer cumpleaños de Qianlong.
En 1791 el primer ministro William Pitt nombró secretario de Interior a su amigo Henry Dundas, conocedor de los problemas del mercado de Cantón y de la corrupción oficial a gran escala.
Se esperaba que una misión en representación del propio rey Jorge III de Inglaterra diese sus frutos, y Dundas designó a Macartney, para encabezarla.
Macartney era un irlandés cosmopolita y con experiencia, miembro de la Royal Society , amigo de Voltaire y Burke, y cnocido de Rousseau.
Tenía mucha experiencia, una gran memoria y talento como escritor. Había sido gobernador de Madras en la India, donde concibió la idea de que el comercio con China podría contribuir a paliar los gastos en la India británica y ser un factor determinante del futuro británico en el subcontinente.
Emprendió así un viaje por todo lo alto, encabezando un gran séquito de casi cien personas entre funcionarios, artistas, científicos, académicos, militares, músicos, aristócratas y criados, todos ellos individuos inteligentes y cultos.
El propio paje de Macartney, Tomas, un niño de 12 años, hijo de su ayudante sir George Staunton, hablaba francés, alemán, griego y latín, y durante la travesía aprendió suficiente chino para poder copiar documentos para el emperador.
Además, la misión llevaba una nutrida selección de regalos para el emperador, incluidos telescopios, relojes, finas espadas y un carruaje, todos ellos pensados para causar impresión en la corte de Pekín.
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