Historia de China III. Las primeras dinastías
Las tres primeras dinastías de la cultura china apenas mantenían su dominio sobre territorios menores que una sola provincia de la actual China, pero durante ellas se iba gestando una cultura que dejarían en herencia a este país.
En primer lugar, la Dinastía Xia, de la que no se han encontrado evidencias, pero muchos historiadores afirman que existió -aunque no exactamente en los términos expresados por los chinos de hoy- entre los siglos XXI y XVI a.C.
La Dinastía Shang, entre los siglos XVI y XI a. C, es la primera que nos ha legado algún resto arqueológico que certifique su existencia como algo más allá de la pura leyenda.
Así, a lo largo del río Amarillo a su paso por las llanuras de Shandong, Shanxi y Shaanxi han aparecido restos que demuestran la utilización por los súbditos de los Shang vasijas de bronce finamente elaboradas y de objetos religiosos que sugieren la existencia de una clase sacerdotal.
A esta dinastía se le atribuye el inicio de la producción de seda, el fundido del bronce en China, la escritura en caparazones de tortuga y la costumbre de enterrar con los reyes y príncipes a un buen número de sus esposas y servidores vivos, para que les acompañaran al otro mundo.
Por último, la dinastía Zhou del Oeste , entre los siglos XI y III a. C, desarrolla la viticultura, y de su paso, nos quedan pocos restos, aunque se supone que fue en esta época en la que se producen las primeras obras literarias.
La dinastía Zhou se trasladó al este hacia el 770 a. C. para evitar el hostigamiento de los nómadas que en ese año saquearon Hao; se le llama entonces Zhou del Este y estableció un segundo centro de poder cerca de la actual Luoyang, con un poder más nominal que real.
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