Un Salón muy Sabroso
Como ya comentamos unos días antes del Salón, este año el Salón del Manga de Barcelona estaba dedicado al manga culinario, por lo que había toda una sección dedicada a mostrar esta relación entre Manga y Cocina Japonesa, que incluía una exposición, actividades de todo tipo y, lo que sin duda gustó más a la gente, una gran sección de restauración donde disfrutar de esta comida. Todo ello agrupado en una misma zona del Salón para darle una mayor continuidad.
Exposición
La exposición estaba dividida en dos partes. Una nos mostraba una amplia selección de mangas relacionados de alguna forma con la cocina, la mayoría de los cuales no hemos podido ni tan solo intuir en nuestro país, aunque no podían faltar “El petit Sushi” que se pudo ver en algunas televisiones autonómicas, ni “Let’s Cook”, un manga creado por autores españoles y que era novedad para este Salón.
El resto de la exposición lo componían algunos ejemplos conocidos por todos de personajes relacionados de alguna forma con la comida, y una explicación de esta relación. Desde grandes devoradores de comida como Ranma o Son Goku, a personajes cuyo nombre procede de un plato o ingrediente como Naruto.
Escenario
En un pequeño escenario especialmente preparado se han ido sucediendo numerosos intervenciones de cocineros japoneses de todo tipo, mostrándonos algún aspecto de su arte, desde la confección de bentos con motivos manga que nos enseñó Yoka Kamada, hasta conferencias sobre la etiqueta en la mesa, ofrecida por el Consulado de Japón.
Pero sin duda lo que más atención atrajo fue la presencia de Ferran Adrià y de Hiroyoshi Ishida, del restaurante Mibu de Tokio, y que llamó poderosamente la atención de todos cuando se presentó en el stand dedicado al manga y otros productos que se realizaron con motivo de la colaboración entre ambos cocineros.
Los únicos puntos negativos son que, por su situación, la mayoría de los bancos muchas veces estaban ocupados simplemente por gente comiendo lo que habían pedido en los restaurantes y apenas interesada en lo que sucedía detrás de los fogones (y fastidiando así a los que sí querían asistir); y que algunos de los talleres, que habrían sido mucho mejores con la participación activa del público, esta tuvo que reducirse como mucho a 3-4 personas seleccionadas entre el público.
Restaurantes
En el Salón del Manga ya es tradicional que el restaurante Ikkyu esté cada año ofreciendo comida japonesa en el Salón del Manga, pero este año la oferta se ha multiplicado hasta 10 restaurantes que nos han ofrecido diversos platos, postres y bebidas de la gastronomía japonesa. Y todos ellos han tenido un gran éxito formándose colas larguísimas a la hora de comer, aunque han tenido bastante trabajo a todas horas (era habitual ver gente desayunando ramen tan pronto como entraban en el Salón).
Lo más negativo de esta parte es que, como es habitual, no había sitio para sentarse (aunque al menos había una especie de barras para poder comer de pie), así que la gente se sentó por el suelo como es habitual, o se sentaba en las escaleras que conducían a los lavabos, o salía al exterior aprovechando los días soleados. Eso sin contar los que lograban sentarse en los bancos del escenario, impidiendo hacerlo a los que realmente querían ver lo que “se cocía” en él.
Pero hay dos cosas que no entiendo en absoluto. Por un lado, con la gran oferta de comida que había, muchísima gente se limitaba a comer fideos instantáneos, que además estaban a un precio abusivo por lo que te pueden costar en el supermercado chino de la esquina. Si, ya se que comparativamente eran más baratos y muchos preferirían gastarse el dinero en los stands, pero con una oportunidad como esta, simplemente no lo entiendo.
Lo otro que no logro comprender, y mucho menos aceptar, es lo guarra que puede llegar a ser la gente. Las mujeres de la limpieza de los cuartos de baño tuvieron que echar varias veces a la gente que sentaba en los escalones porque lo dejaban todo guarrísimo. Pero ni punto de comparación con cómo quedaba la zona exterior, que parecía un auténtico basurero. Realmente, muchos dicen que les encanta la cultura japonesa, pero solo debe ser de boquilla, porque ni tratan de imitar los mejores elementos de esta como es su pulcritud y respeto por los demás.