Balance del Salón del Manga

Balance del Salón del Manga
Lamentablemente ya se ha acabado el Salón del Manga de Barcelona de este año, así que toca hacer balance. Un balance que es especialmente importante este año ya que con el cambio de ubicación mucha gente se preguntaba que iba a suceder.
Ya queda muy lejos esa época en que, después de haberle ido ganando terreno al cómic en los Salones del Cómic de Barcelona, el Salón del Manga cobró vida propia, creciendo año tras año hasta el punto que el recinto de la Farga de Hospitalet se quedó pequeña para un evento que atrae miles de asistentes cada año. Ni tan solo la segregación de algunos de los actos en otras localizaciones próximas lograron aliviar la avalancha de asistentes, que en los días de máxima afluencia había momentos en que ni tan solo podían avanzar de un stand a otro, apretados como sardinas en alta en medio de la masa humana que trataba de pasar por uno cualquiera de los estrechos pasillos que quedaban entre los stands.
Y podemos asegurar que en este aspecto se ha ganado mucho al pasar de La Farga a Fira de Barcelona. No solo se ha ganado en espacio, sino que se han vuelto a reagrupar todos los actos, por lo que ya no es necesario tomar un autobús para ir al escenario, y todo el conjunto, desde los expositores a las exposiciones, han quedado muy bien integradas y distribuidas en el espacio.
La cifra de asistentes este año ha sido muy superior a ediciones anteriores (112.000 asistentes, lo que supone un aumento del 72% respecto al año pasado), y aún así no se han producido aglomeraciones importantes en los pasillos, quedando algunas zonas realmente amplias, como las exposiciones, que a pesar de estar justo delante de la entrada, y en medio del paso de muchos de los pasillos de stands, la verdad no creo que hayan sido mucho más visitadas que anteriormente, cuando estaban en salas independientes. Una lástima, la verdad, porque este año eran de lo más interesantes.

Otro aspecto que preocupaba era la situación de los fanzines, pero todos los temores se disiparon rápidamente al hacerse evidente que Ficomic ha aprendido de los errores del Salón del Cómic, y esta vez no ha relegado a estos verdaderos animadores de la afición.
Y lo que considero el mayor acierto de este salón ha sido la inclusión de numerosos restaurantes de cocina japonesa, más allá del habitual Ikkyu, que nunca podía dar abasto. Bueno, la verdad es que en algunos momentos ninguno de los numerosos puestos de comida estaba dando abasto. Esperemos que en próximas ediciones, aunque no estén específicamente dedicadas a la cocina en el manga, podamos seguir disfrutando de ellos.
En resumen, un magnífico Salón del Manga, que considero ha superado con muy buena nota el cambio de ubicación. Esperemos que el año que viene logren superarse aún más.
Balance del Salón del Manga