Cumbres mágicas de China (II)
Paradójicamente, en sus alturas admirables, las cumbres mágicas de China nos alejan más del suelo, cuanto más nos introducen en lo más profundo del alma propia. Estos graves montes son como aforismos de antigua sabiduría milenaria: en cada nueva lectura, en cada ascenso contemplativo, un sentido diferente, pero siempre valioso. Prosigamos nuestro acercamiento a ellos.
Songshan, el monte del centro
Esta colosal elevación se asienta en la provincia de Henan, justo en la región de las grandes planicies del territorio chino. También se le conoce tradicionalmente como la gran “Montaña Central”.
La verdad es que se trata de una estructuración dual, compuesta por los montes Taishi y Shaoshi, que a su vez están integradas por numerosos picos- se cree que posee 36 cada monte- y de los cuales el más elevado cuenta con 1,492 metros de altura. Songshan es un referente de la cultura china, por las multiples manifestaciones artísticas y religiosas que ha inspirado.
En sus 72 picos se encuentran disgregados varios templos venerables y de sobresaliente valía histórica. Uno de ellos es el Templo Budista de Shaolin, que fuera el crisol de la tradición zen china, y además de la disciplina marcial del Kung-Fu.
Huashan, el monte de una sola vereda
La montaña Huashan se halla en los dominios de la provincia de Shaanxi, y se trata de la más peligrosa para ascender, de todas las anteriormente mencionadas. La sapiencia popular de la zona refiere: “Para llegar a Huashan, solo existe un camino”.
En un paraje conocido como Qianchichuang, se ha edificado una escalera que conduce a la cima de Huashan, pero de peldaños tan estrechos, que solo puede subir una persona a la vez. Incluye 370 gradas sin cables de metal para soporte, y es extremadamente complicada de utilizar: toda una prueba de resistencia, concentración y valor.
Sin embargo, el premio al que persista en el empeño de llegar a la cima del Huashan será realmente compensatorio: un panorama tan sublime, que quita el aliento.
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