Los eunucos en China
Un eunuco es un varón a quien le ha extirpado parte o todo el aparato genial, a la fuerza o por elección propia, y que por tanto, no es apto para la reproducción.
En la antigua China, la castración era a veces un castigo, pero valía tambien para obtener un cargo en el servicio imperial. Los soberanos chinos no comenzaron a tener eunucos hasta el siglo VIIIa. C.
A finales de la dinastía Ming había decenas de miles de ellos al servicio del emperador. Aunque solían recibir empleo únicamente en tareas domésticas y personales, eran servicios que permitían el acceso al emperador, fuente de toda autoridad.
No es de extrañar que algunos accedieran a cargos oficiales. Por su puesto, en muchas ocasiones esto daba lugar a una guerra burocrática entre los eunucos de palacio y el mandarinato.
Pero sin duda, los eunucos son más conocidos por su papel de vigilantes de las mujeres del harén imperial. Si las consortes del soberano no le daban un heredero, los hijos de las concubinas de más alto rango podían sucederle en el trono.
Por lo tanto, la castidad estricta de las cónyuges reales era de suma importancia, dado que la paternidad incuestionable era fundamental para el soberano y su dinastía.
Por consiguiente, había una horda de eunucos encargados del harén y las damas apenas podían moverse sin ser vistas.
Por otro lado, algunos eunucos eran muy apreciados como amantes, pues los varones a los que les extirpaban los testículos después de la pubertad, en muchos casos aún podían lograr una erección y mantenerla, sin riesgo de eyacular y fertilizar a la dama del harén.
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