El monje Xuanzang y la leyenda de las ratas de Khotan
El monje budista chino Xuanzang (602-664) puede ser considerado el mejor reportero de su tiempo en la Ruta de la Seda.
De regreso a China en 645 tras un periplo de casi quince años que le había llevado hasta la India, relató su extraordinario viaje en sus Notas sobre las religiones occidentales , y redactó el Tratado de las tierras de los maestros del Yoga, que se convirtió en un verdadero compendio de conocimientos sobre el budismo indio.
Su periplo dio lugar a una famosa adaptación del novelista Wucheng, de finales de la dinastía Ming (siglo XVI), que llevó por título El mono peregrino. En ella el monje budista adopta la forma de un viejo mono malicioso que va de descubrimiento en descubrimiento.
Xuanzang cuenta, por ejemplo, cómo una princesa china llevó dentro de su ropa granos de morera y capullos de seda al rey de Yutian, con el que estaba prometida, difundiendo así el secreto de la fabricación de la seda, que hasta el momento había sido guardado celosamente por los chinos.
Otros episodios de su viaje son todavía más rocambolescos, como el de las enormes ratas del desierto de los alrededores de Khotan. Estos animales, de piel dorada y sedosa, no dudaron, para ayudar al monarca del lugar, en roer los arneses de los caballos y las cuerdas de los arcos de los guerreros nómadas que se disponían a atacar el oasis..
En su honor, el soberano de Khotan mandó construir un templo en forma de pagoda.
El éxito de los libros escritos por Xuanzang desencadenó una oleada de peregrinajes a la India. El último de ellos, en el que participaron más de ciento cincuenta monjes, comenzó en el 966 y duró 10 años.
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